Desde que el hombre
apareció sobre la tierra sintió, como ser sociable por naturaleza, la necesidad
de relacionarse con los demás a través de formas -al comienzo primitivas- de
comunicación con cada individuo en particular y con el grupo en general. Estas
formas primarias -como los gritos, silbidos, llantos y risas- le permitían
expresar diferentes situaciones anímicas.
En una etapa posterior, apareció la
forma más evolucionada de la comunicación oral con el lenguaje
articulado.
Pero el ser humano, desde su estadio primitivo, quiso dejar constancia de su
existencia y recurrió a la imagen como mensaje para la posteridad. Es lo que ocurrió
con las pinturas rupestres encontradas en las cuevas de Lascaux, en Francia,
hace unos 14,000 años antes de Cristo, consideradas como uno de los mejores
ejemplos del arte prehistórico.
En la sociedad moderna, vivimos dominados por el lenguaje icónico, es decir,
ese sistema de comunicación que trata de representar la realidad (la realidad
visual) a través de las imágenes en sus elementos más evidentes: los colores,
las formas, las texturas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario